El pulso continúa. Pese a la resolución de la CC en contra de la acción del presidente Morales declarando non grato al comisionado Iván Velásquez, las aguas políticas distan mucho de ser normales y, por el contrario, parecen cada vez más peligrosas. (Foto Prensa Libre. website).
Por: Edgar Rosales
Sí, estoy consciente de que el titular
de este artículo provoca reacciones irritantes. Y es que, ni modo,
estamos en un momento de la historia en el cual las circunstancias
nos han arrastrado a definir posiciones únicamente en torno a dos
opciones: O estás a favor de la corrupción o estás en contra de
ella. Menuda dicotomía que sólo confirma las visiones que
priman en esta sociedad, donde todo problema debe resolverse con base
en los extremos (marcados por el apasionamiento) y de hecho cerrando
espacios a la racionalidad.
Aún así, no importa. Expreso mis
opiniones con toda libertad e independencia respecto de las
posiciones maniqueistas y, para colmo, transitorias. Por ello,
considero que el Comisionado de la CICIG, Dr. Iván Velásquez, en
estos momentos políticamente confrontativos es quien menos tiene
opciones. Está frente a decisiones personales, en las que irse del
país es lo que mejor le conviene.
Pero en vista de que en este país de
polaridades artificiosas todo hay que explicarlo, debo señalar que
la proposición anterior no tiene absolutamente nada qué ver con el
trabajo del Comisionado. Tampoco es un aval a los recluidos en
Matamoros o el Zavala, no se emocionen. ¡Chish! Si algunas personas
en el mundo causan repulsión son los ex funcionarios del Partido
Patriota, básicamente porque han sido señalados por la comisión de actos corruptos y los juicios parece que van a confirmarlo.
No solo merecen desprecio; justa sería su muerte política por los
siglos de los siglos.
¿Y entonces, por qué afirmar que el
Dr. Velásquez debe abandonar el país? Quizá muchos no lleguen a
entenderlo pero es un hecho que, hoy más que nunca su vida está en
peligro. De nada sirve que la Corte de Constitucionalidad haya
resuelto un amparo a su favor en tiempo récord y sin llenar las
formalidades de ley para estos casos. Eso no garantiza la seguridad
personal de Iván Velásquez y se tiene que ir.
Y es que desde el momento que el
presidente Morales lo declaró Non Grato puso al comisionado en grave
riesgo. En un peligro mortal. Ahora ¡Dios no lo quiera! Muchos de
los adversarios de la CICIG (los sicarios y sus familiares que
atesoran rencores forjados por la guerra interna) tienen la
oportunidad de causar daños a la integridad física de Velásquez.
No se necesita ser un gran analista de inteligencia para entender
esto.
Y corre peligro su vida porque, en caso
de consumarse un atentado en su contra, nadie; ni siquiera la
comunidad internacional podría emitir declaraciones condenatorias
contra el gobierno. Por muy infantil que parezca, el mandatario puede
lavarse las manos y decir “Yo se lo advertí. Lo declaré non grato
y lo conminé a abandonar el país, pero él, los placeros, la Corte
de Constitucionalidad y muchos otros, lo forzaron a permanecer en el
país a pesar de que yo había ordenado que se fuera. Por tanto,
desde el momento que desobedeció se expuso a cualquier circunstancia
inesperada”.
Probablemente muchos piensen que lo
anteriormente descrito es una mera mariguanada; una idea lanzada al
aire sin mayor fundamento. O quizá un mero producto de imaginaciones
calenturientas. Es posible, que lo piensen. Sin embargo, lo que nadie
puede negar es que existe un poder real de las mafias y una capacidad
reducida de acción frente a sus desmanes. Repito: Iván está en
peligro en tanto permanezca en Guatemala, más ahora que el Estado,
al declararlo Non Grato, prácticamente se desentendió de su
seguridad.
Hay que hacer cualquier acción para demandar
la seguridad del Comisionado. Estamos frente a un problema realmente
grave en la lucha contra la corrupción y la impunidad. ¡Iván se
tiene que ir, porque eso no detiene la lucha contra la corrupción! Espero no sea tan difícil de entender.
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